cap 1 interesante descubrimiento arqueológico pag. 40-42

(pág.40-42)
Antes de la última guerra mundial los diarios daban cuenta acerca de un interesante descubrimiento en la zona congelada de Siberia.

Durante la construcción de una nueva vía férrea hubo que edificar talleres ferroviarios sobre una superficie que nunca se deshiela. En uno de estos talleres los obreros advirtieron una fisura en el piso de cemento desde donde manaba agua.

La aparición de un manantial en congelaciones eternas era un caso extraño. Cuando se procedió a analizar el agua los químicos observaron en ella una materia blanca informe, la que de inmediato fue puesta en agua destilada. Ante el asombro de los expertos, esta masa blanca muy pronto se convirtió en pequeños cangrejos, los que se multiplicaron con rapidez.

Este descubrimiento confirma nuevamente que en tiempos distantes, en los polos, cubiertos por témpanos de hielo, existía la vida, como también en otras partes de nuestro planeta, pero que fue interrumpida por alguna catástrofe, quedando paralizada apor el frio. Pero con el alejamiento del frio la vida, que había estado dormida, se despierta nuevamente.

La Biblia da testimonio de una nueva instalación y de una nueva organización de la Tierra inmediatamente después del diluvio. En el libro de Génesis leemos lo siguiente: "Mientras permanezca la tierra, no cesarán la sementera y la siega, el frio y el calor, el invierno y el verano, el dia y la noche" (Génesis 8.22). De haber existido el frio y el calor, el verano y el invierno en la Tierra hasta el diluvio, no hubiera sido necesario para Dios establecer las estaciones del año, después del diluvio. Pero Dios habla aquí sobre el particular como de algo completamente nuevo, que no existía en el mundo antediluviano.

Los arqueólogos de nuestros días -y con ellos sabios de diferentes países que realizan excavaciones en Mesopotamia- quieren demostrar que la narración bíblica respecto al diluvio universal es un mito o una leyenda, pretendiendo que el diluvio fue simplemente la inundación local del golfo de Persia. "El diluvio universal es absolutamente imposible", afirman.

Dejando de lado las conclusiones y pretensiones de tales hombres, dirijamos de nuevo la mirada a la Biblia y veamos qué consigna sobre el particular la Palabra de Dios. Ella nos da la siguiente respuesta: "...Aquel día fueron rotas todas las fuentes del grande abismo, y las cataratas de los cielos fueron abiertas, y hubo lluvia sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches, y las aguas subieron mucho sobre la tierra, y todos los montes altos que había debajo de todos los cielos fueron cubiertos... Y murió toda carne que se mueve sobre la tierra" (Génesis 7.1-22). Aquí llama la atención la expresión de la frase "las ventanas de los cielos se abrieron". Nos preguntamos: ¿Qué ventanas?, ¿para qué?, ¿qué debería arrojar el cielo a la tierra desde el espacio exterior que lo rodeaba?. Debía arrojar las aguas que fueron levantadas al principio en forma de círculo creado para bienestar de la Tierra y de sus moradores, cuando Dios dijo: "Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas... E hizo Dios la expansión, y separó las aguas que estaban debajo de la expansión, de las aguas que estaban sobre la expansión. Y fue así."

Estas aguas superiores fueron el instrumento de Dios para juicio de la tierra pecadora. Cuando se produjo la ruptura del círculo y las aguas acumuladas en el espacio se precipitaron sobre la tierra, fueron suficientes para dar muerte a todos los vivientes, cubriéndolo todo, aun hasta las más altas montañas."

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