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Mostrando las entradas de abril 15, 2018

CAP 7. Preliminares para la ascensión de la Iglesia pag.117-118

teruruguay@gmail.com (pág. 117-118) En el tiempo del restablecimiento del reino de Dios sobre la Tierra, cuando la Ecclesia que está en lucha se acerque a su final victoria, la historia de este mundo continuará desarrollándose en su propia dirección, rodando a todo vapor hacia su fatal fin, hacia grandes juicios y la gran limpieza de toda la Tierra. Siguiendo este desenvolvimiento a la luz de la Biblia hemos visto que en el mundo tenían que existir siete potencias. La octava será la de Satanás, que concluirá consigo la historia del mundo, porque en aquella época se realizará la siega espiritual y el aventador de los juicios limpiará la Tierra. Conforme la expresión bíblica, la "Piedra" destruirá a la estatua. Pero ante un cuidadoso estudio de las predicciones de Dios que se encuentran en las páginas de la Biblia respecto al futuro de todos los vivientes en la Tierra, encontramos que el directo y total control del diablo sobre todas las naciones sin excepción y los post

CAP 7. La ilustración de Enoc pag.. 118-121

teruruguay@gmail.com (pág. 118-121) Cuando la Humanidad se deslizaba rápidamente por la pendiente al precipicio y se dejaba llevar por la complacencia de la carne en todas sus manifestaciones, sin prestar atención al llamado del Espíritu de Dios, entre los habitantes de la Tierra se encontraba una persona que vivía santamente, éste fue Enoc.  La narración bíblica acerca de él es la siguiente: "Y caminó Enoc con Dios, después que engendró a Matusalén, trescientos años, y engendró hijos e hijas, Y fueron todos los días de Enoc trescientos sesenta y cinco años. Y caminó Enoc con Dios y desapareció, porque lo llevó Dios" (Génesis 5: 22-24) En el Nuevo Testamento encontramos estas palabras acerca de él: "De éstos profetizó también Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí viene el Señor con sus santas decenas de millares, para hacer juicio contra todos, y dejar convictos a todos los impíos de todas sus obras impías que han hecho impíamente, y de todas las  cosas duras

CAP 7. La Iglesia en la sala de juicio pag. 121-122

teruruguay@gmail.com (pág. 121-122) El cuarto capítulo del Apocalípsis de Juan introduce a los lectores en una sala judicial extraordinaria con un cuerpo completo de personajes jurídicos.  En el gran trono se encuentra el Juez. Alrededor del trono hay todavía veinticuatro tronos pequeños sobre los cuales están sentados los ancianos vestidos de ropas blancas con coronas de oro en sus cabezas. En medio y alrededor del trono están instalados cuatro seres vivientes de extraño aspecto. Nosotros sabemos que el principal Juez es Dios, pero ¿quiénes son estos veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes que representan el órgano consultivo durante el pronunciamiento de la sentencia? A esta pregunta sobre el extraordinario jurado del tribunal contestan ellos mismos con sus propios labios cuando se dirigen al Cordero que está en el trono, diciendo: "Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero: todos tenían

CAP 7. La gran tribulación - pag. 122-124

teruruguay@gmail.com (pág. 122-124) El tiempo de la Gran Tribulación de siete años se llama también en las Escrituras la Hora de la Prueba, la que debe venir sobre todo el mundo a fin de probar a los moradores de la Tierra.  Al Enoc del mundo antediluviano Dios lo llevó consigo antes de que viniera la hora del juicio sobre el mundo de entonces.  De la misma manera El promete ahora a su actual Enoc-Iglesia; "Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré en la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero para probar a los que moran sobre la tierra" (Apocalípsis 3:10).  Esta promesa del Señor está fundada sobre la promesa que El diera mucho antes a la Iglesia, antes de abandonar temporalmente el mundo terrenal y está expresada por El en estos términos: "Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis" (Juan 14:1-3) "Vendré otra vez y os tomaré