CAP 7. La Iglesia en la sala de juicio pag. 121-122

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(pág. 121-122)

El cuarto capítulo del Apocalípsis de Juan introduce a los lectores en una sala judicial extraordinaria con un cuerpo completo de personajes jurídicos.  En el gran trono se encuentra el Juez. Alrededor del trono hay todavía veinticuatro tronos pequeños sobre los cuales están sentados los ancianos vestidos de ropas blancas con coronas de oro en sus cabezas. En medio y alrededor del trono están instalados cuatro seres vivientes de extraño aspecto.

Nosotros sabemos que el principal Juez es Dios, pero ¿quiénes son estos veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes que representan el órgano consultivo durante el pronunciamiento de la sentencia? A esta pregunta sobre el extraordinario jurado del tribunal contestan ellos mismos con sus propios labios cuando se dirigen al Cordero que está en el trono, diciendo: "Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero: todos tenían arpas y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos; y cantaban un cántico nuevo, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir su sellos: porque Tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra" (Apocalípsis 5:8-10).

Estos ancianos adoradores representan, evidentemente, la Iglesia redimida y sacada de la Tierra.

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