CAP 1 la respuesta de la Biblia

La respuesta de la Biblia

Las respuestas provenientes de otras fuentes no satisfacen ni al espíritu ni a la razón del hombre. Volvamos, pues, a la Biblia y miremos qué dicen las revelaciones divinas sobre el pasado de nuestro planeta y acerca del hombre en sus breves días de vida terrenal.

Al comienzo de la primera página de este libro suena poderosamente la eterna y primera palabra: "En el principio creó Dios el cielo y la tierra." No es un mito nebuloso ni tampoco una hipótesis vacilante o incierta, sino una inquebrantable roca de la verdad. No se trata de un presunto choque de un cometa errante con el Sol, ni de la formación de una nebulosa cósmica por un ciego capricho de la Naturaleza que ningún sabio es capaz de explicar lo que es, sino "DIOS CREO". Esta palabra suena a través de los siglos, como los rayos solares alumbran y dar calor a la mente y corazón humanos. En ella brilla la luz, la esperanza y la vida. Ella aleja, como el Sol, la oscuridad nocturna, las tinieblas de la incertidumbre, el caos del raciocinio humano. Trae luz y esperanza.

¿Quién es el Creador?

Si en las páginas de la Biblia leemos que Dios creó el cielo y la tierra, la pregunta inevitable es: "¿Quién es este Creador?" ¿Se trata de un poder incierto inmanente en el Universo, la incomprensible razón, como preconizan Kant, Hegel, Schopenhauer y otros filósofos, o es una persona afuera de nosotros, superior a todo elemento material, y omnisciente? ¿QUIEN ES EL?

La Biblia da una determinada respuesta a esta pregunta. Uno de sus autores, inspirado por Dios, el apóstol Pablo dice: "El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten" (Colosenses 1.15-17). Ante nosotros aparece un personaje acerca del cual el apóstol declara que es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Este personaje, este creador de los mundos visibles e invisibles, es el Señor Jesucristo. En otro pasaje de la Biblia él es llamado "el principio de la creación de Dios" (Apocalipsis 3.14). También Juan, en su evangelio dice: "En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios y el Verbo era Dios... Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas y sin él nada de lo que ha sido hecho fue hecho" (Juan 1.1-3). El rey David, inspirado por Dios, en su salmo mesiánico dice: "Desde el seno de la aurora, tienes tú el rocío de tu juventud" (Salmo 110.3)

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