cap.6 EL CAPITAN EN LAS ALTURAS pag. 115-116

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En tiempos antiguos, cuando los ejércitos de dos países enemigos se encontraban en el campo de lucha, el capitán habitualmente enviaba a los legionarios a la batalla, mientras que él personalmente estaba de pie en algún lugar sobre la cumbre del collado, desde donde observaba el combate. A un lado suyo estaba parado el portaestandarte y al otro lado estaba el clarín. Tan pronto como el capitán veía que la victoria era alcanzada, o en su defecto había que suspender la batalla, daba la orden al clarín que tocara victoria o retirada, pues todos debían reunirse bajo la principal bandera.

Al oír la llamada del clarín, los soldados que se hallan dispersados, cansados, cubiertos de polvo, sucios con barro, ensangrentados, corren de distintos puntos hacia donde está la bandera del capitán. Allí ellos recibirán la alabanza y las recompensas por su fidelidad y la audacia en la guerra.

La Iglesia de Cristo, su legión se encuentra en una lucha cruel. Su Capitán está sobre el trono, siguiendo cada paso de ella y pone atención a cada miembro suyo. El está de pie con las manos alzadas como hizo Moisés en la antigüedad. También, al parecer, El no está solo. Junto a El están su Portaestandarte y su Clarín. ¿Quienes son ellos? No lo sabemos, pero nuevamente, sin duda alguna, podemos llegar a la conclusión de que uno de ellos es el arcángel Miguel, porque el apóstol Pablo escribe: "Porque el mismo Señor con voz  de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, descenderá del cielo: y los muertos en Cristo resucitarán primero" (1 Tesalonicenses 4:16)

Tan pronto la Iglesia realice el último acto de lucha y alcance el punto conocido de la victoria en la batalla, el que la sigue en su lucha, juntamente con el Señor, el arcángel Miguel exclamará sobre todo el Universo "¡Victoria!" y en ese momento resonará la trompeta de Dios, y durante su sonido el Señor descenderá del trono, de su Cumbre del collado en el aire. El Espíritu Santo, conductor de la Iglesia en su lucha, despertará, o sea resucitará a los legionarios que durmieron, transformará a los que estuvieren en vida y los conducirá al encuentro de Cristo.   Y los legionarios que estuvieren cansados, enfermos, cubiertos de polvo y de barro, y ensangrentados, saldrán arriba en el aire al encuentro de su Señor para recibir de El la recompensa eterna.  HE AQUÍ EL CUADRO DE LA DESIGNACIÓN DE LA IGLESIA, Y DE CADA MIEMBRO SUYO EN PARTICULAR, DE ACUERDO CON LA BIBLIA; LUCHA Y VICTORIA.

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