CAP 3 Revelaciones acerca del futuro

(página 62-64)
Y Dios, Creador del hombre, quien ve a todos los moradores de la Tierra, escucha cada palabra y lee nuestros pensamientos, no dejó estas preguntas sin respuesta. Como hemos señalado anteriormente, la biblia, que contiene la Palabra de Dios, es su respuesta a todas las apremiantes preguntas de la gente. En las páginas de este libro encontramos a muchas personalidades a quienes fue dada la respuesta sobre países y pueblos antiguos, pero sólo a tres de éstos fue revelado el futuro de toda la Humanidad. El primero de estos personajes fue el talentoso y poderoso organizador y jefe del imperio universal de Babilonia, el rey Nabucodonosor. La segunda persona, que estuvo cerca de Nabucodonosor y compartía con él la carga en la conducción del vasto imperio, fue el profeta Daniel; y la tercera, que vivió en época muchísimo más lejana, en tiempo del dominio romano, fue el discípulo de Jesucristo y apóstol Juan.
Habiendo subyugado a muchos pueblos del mundo de entonces, y al encontrarse en la cumbre del poder y la gloria, un día, mientras descansaba en la cama, Nabucodonosor meditaba: ¿Qué será después de esto?. El conocía su gloria y su poder: pero también sabía que todo esto alguna vez debía llegar a su fin, como llega a cada uno de los moradores de la Tierra. Su pensamiento pretendía penetrar en el secreto del futuro del mundo que se hallaba bajo su dominio.
Sus pensamientos eran indescifrables para su corazón, pero había Alguien cerca que conocía la respuesta, y cuando Nabucodonosor se adormeció, se presentó al interrogador una extraña visión. Vio una imponente estatua formada por cinco minerales de diferente solidez y valor. Su cabeza era de oro puro, el pecho y las manos de plata, el vientre y los muslos de cobre, las piernas de hierro y los pies en parte de hierro y en parte de arcilla.
Cuando Nabucodonosor fijó su mirada en esta singular imagen, una piedra hirió los pies del ídolo y desmenuzó todos los metales que formaban la estatua, los trituró hasta hacerles polvo, y al sobrevenir el viento diseminó esta mezcla como el polvo de la calle. Destruida la estatua, la piedra se transformó en un gran monte que llenó toda la Tierra. (Daniel 12.29-45)
“Hijo de hombre, tú preguntas: ¿Qué será con el mundo que está bajo tu dominio? He aquí mi respuesta a tu interrogante”, dice el Creador a su criatura, En forma de imagen Dios reveló ante Nabucodonosr la historia posterior del mundo desde sus días hasta el fin.
Llamado al palacio, el profeta Daniel, inspirado por el Espíritu Santo, interpreta a Nabucodonosor su visión con estas palabras: “…tú eres aquella cabeza de oro. Y después de ti se levantará otro reino inferior al tuyo (pecho de plata), y luego un tercer reino de bronce, el cual dominará sobre toda la tierra. Y el cuarto reino será fuerte como hierro: y como el hierro desmenuza y rompe todas las cosas, desmenuzará y quebrantará todo. Y lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero y en parte de hierro, será un reino dividido; mas habrá en él algo de fuerza de hierro… Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, per él permanecerá para siempre” (Daniel 2:38-44)
La historia de este mundo confirmó esta predicción de Dios dada a Nabucodonosor con toda exactitud. Después del reino babilónico vino el medo-persa. Como el pecho es más amplio que la cabeza de acuerdo al tamaño, así el medo-persa fue más extenso que Babilonia. Además como la plata es de menor valor que el oro, esta última potencia fue mucho más pobre que el reino de Nabucodonosor.
En lugar de Medo-Persa apareció Grecia. Y así como el tórax y las piernas en la estatua eran de mayores dimensiones que el pecho, de análoga forma Grecia organizó todavía un más vasto territorio que lo que pudo hacer Medo-Persa. También, como el cobre es de menos valor que la plata, el imperio griego resultó más pobre que el medo persa.
El cuarto imperio representado en la imagen son las piernas de hierro. En la historia de la humanidad el cuarto imperio fue la potencia romana, la cual, a través de su organización y disciplina, reflejó la calidad del hierro. Ninguna otra potencia dio pruebas de semejante poder y cohesión.
De esta manera, la respuesta de Dios a la pregunta del hombre fue cumplida con precisión.

Comentarios

Entradas más populares de este blog