CAP .8 EL MESIAS QUE ESPERA ISRAEL.... pag. 136
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He aquí un extracto de la predicación que pronunciara uno de los jefes espirituales de Israel de nuestros días, el rabí Michs del templo Bevil de la ciudad de Birmingham, del estado de Alabama, en diciembre de 1949. Fijó la atención de los oyentes en el significado de la palabra "Mesías", es es, "ungido". El rabino aclaró que el antiguo Israel tenía a dos grandes ungidos o Mesías, que eran Saúl y David. Mas adelante manifestó que "el Israel contemporaneo espera al mesías moderno, al hombre de gran sabiduría y extraordinarias capacidades que aparecerá no sólo como el libertador del pueblo israelita, sino del mundo entero".
"Esta idea es la fuente de la esperanza de Israel en nuestros días y se intensifica cada vez más. Israel aguarda al hombre con el gran carácter de David y con la extraordinaria fuerza de Saúl. Israel confía en un Mesías con señales y milagros poco comunes, un personaje que va a conducir al mundo y dirigirá a la Humanidad hacia la Edad de Oro". Así habló el rabí Michs.
Dos mil años atrás el Señor Jesucristo había dicho a los judíos: "yo he venido en nombre de mi Padre y no me recibís; si otro viniere en su propio nombre, a éste recibiréis" (Juan 5:43)
La sombra de este otro predicho por el Señor que vendrá en nombre propio se está delineando con precisión sobre Israel y sobre el mundo entero en nuestros días. Israel está dispuesto a tratarlo como su Mesías.
He aquí un extracto de la predicación que pronunciara uno de los jefes espirituales de Israel de nuestros días, el rabí Michs del templo Bevil de la ciudad de Birmingham, del estado de Alabama, en diciembre de 1949. Fijó la atención de los oyentes en el significado de la palabra "Mesías", es es, "ungido". El rabino aclaró que el antiguo Israel tenía a dos grandes ungidos o Mesías, que eran Saúl y David. Mas adelante manifestó que "el Israel contemporaneo espera al mesías moderno, al hombre de gran sabiduría y extraordinarias capacidades que aparecerá no sólo como el libertador del pueblo israelita, sino del mundo entero".
"Esta idea es la fuente de la esperanza de Israel en nuestros días y se intensifica cada vez más. Israel aguarda al hombre con el gran carácter de David y con la extraordinaria fuerza de Saúl. Israel confía en un Mesías con señales y milagros poco comunes, un personaje que va a conducir al mundo y dirigirá a la Humanidad hacia la Edad de Oro". Así habló el rabí Michs.
Dos mil años atrás el Señor Jesucristo había dicho a los judíos: "yo he venido en nombre de mi Padre y no me recibís; si otro viniere en su propio nombre, a éste recibiréis" (Juan 5:43)
La sombra de este otro predicho por el Señor que vendrá en nombre propio se está delineando con precisión sobre Israel y sobre el mundo entero en nuestros días. Israel está dispuesto a tratarlo como su Mesías.
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