CAP 5. La Iglesia, un misterio superior al reino de Dios sobre la Tierra. pag. 98-101

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La realidad sobre la Iglesia, su naturaleza y sus designación en la Tierra y su futuro papel en la eternidad  fue un misterio total hasta el tiempo determinado. Ninguno de  los santos del Antiguo Testamento hace mención de ella, ni los Salmos  de David, ni los Cantares, ni los Proverbios de Salomón, ni los libros de los profetas  se refieren a ella. Todos  los escritos de los profetas tienen más bien por tema la descripción del reino de Dios en la Tierra y su futura gloria. Sólo se refieren al futuro del pueblo de Israel y su actitud  hacia Jehová.

En algunos  lugares  de la Biblia  dicha  actitud  está ilustrada con cuadros simbólicos, como la actitud de un Esposo, bajo el cual  se sobreentiende  a Jehová, y la esposa al pueblo de Israel.

Muchos interpretan estos  cuadros  aplicándolos  a la Iglesia y Cristo. Pero la Palabra de Dios no sostiene esta  tesis, ya que para los creyentes del Antiguo Testamento la Iglesia  era un misterio desconocido.

Este MISTERIO, fue  revelado por Dios inmediatamente  después de la muerte y resurrección de Cristo, ya que apareció como resultado de esta muerte y resurrección.

Cuando Dios hacía el último llamamiento al pueblo  de Israel por medio de Esteban, uno de los principales  testigos  entre los apedreadores  era el joven Saulo, de la  escuela  de Gamaliel, que, al  parecer,  conocía perfectamente a Esteban. Antes de votar  en favor de la muerte de su amigo, escuchó su testimonio y llamamiento. Después de esto, Saulo se transformó en uno de los perseguidores más crueles  de la Iglesia primitiva:  pero la simiente  de la  palabra  pronunciada  por Esteban  cayó profundamente  en el corazón de Saulo, y en el camino a Damasco esta palabra  de testimonio del mártir tuyo su maravilloso crecimiento y florecimiento. Saulo fue  súbitamente  iluminado con una luz sobrenatural, en medio de la cual pudo ver y escuchar  al Señor llamándolo por su nombre.

El que en otro tiempo fue  adversario de Cristo y perseguidor  de los creyentes  es escogido ahora y llamado por Dios, no sólo como su testigo y apóstol, sino como instrumentos por medio del cual la realidad de la iglesia  de Cristo, que hasta aese momento era una incógnita para todos, ha sido revelada ante  todo el Universo.

Los profetas del Antiguo Testamento en la Tierra y los ángeles  en el cielo preveían los sufrimientos  de Cristo y su posterior gloria: sin embargo,   ellos no sabían que esto  tenía que sucede entre los dos períodos  del reino; por esto escudriñaban qué persona y qué tiempo indicaba  el Espíritu de Cristo que estaba  en ellos, el cual  anunciaba  de antemano los sufrimientos  de Cristo y las glorias  que vendrían tras ellos. "A éstos se les  reveló que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que  ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas en las cuales  anhelan mirar los ángeles" (1 Pedro 1:11,12).

El  apóstol Pablo, al testificar sobre esta realidad, dice:   "que por revelación me fue  declarado  el misterio, como antes  lo he escrito brevemente, leyendo lo cual podes  entender cuál sea mi conocimiento en el misterio de Cristo, misterio que en otras generaciones no se dio a conocer  a los hijos  de los hombres, como ahora  es revelado a sus santos  apóstoles  y profetas por el Espíritu. A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada  esta gracia  de anuncia entre los gentiles  el evangelio de las inescrutables  riquezas de Cristo, y de aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio escondido desde los siglos  de Dios, que creó todas las cosas; para que  multiforme  sabiduría de Dios  sea  ahora  dada a conocer  por medio de la Iglesia  a los principados y potestades en los lugares  celestiales" (Efesios 3:3,4,5,8,9,10).

Pablo, a quien el Señor escogió como instrumento a fin de dar a conocer delante de todos el misterio de Dios oculto desde la eternidad, llama  este MISTERIO de diversas maneras, revelando  así su naturaleza interna, su misión  en la Tierra y su designación en la eternidad.

Uno de estos nombres  o designaciones  es el de "Cuerpo de Cristo, la plenitud  de Aquel que todo lo llena  en todo". (Efesios 1:19-23).

Actualmente, Cristo aún no lo llena todo en todo, sobre  la faz de la Tierra y en el Universo. Porque existen todavía esferas que están ocupadas por otros poderes: están  llenas  de fuerzas satánicas y sus ángeles. Pero vendrá tiempo cuando estos poderes oscuros  serán expulsados y Cristo, el Creador  del mundo, llenará todo en todo con sus  poderes, con su plenitud: la Iglesia.

Para  la mente  humana es difícil entender la realidad  sobre la Iglesia. ¿Cómo la masa de muchos  millones  de seres vivos, independientes entre sí, pueden constituir un solo cuerpo en Cristo su Cabeza?.  Dios  no nos ha revelado  por medio de la Escritura cuántas corporaciones celestiales  existen actualmente en el Universo. No obstante, la  Biblia menciona  algunas  de ellas. Por ejemplo, Miguel y sus ángeles  es una de tales corporaciones. Parece que Miguel es la cabeza y los ángeles  que se encuentran bajo su mando son como su cuerpo. Probablemente ellos se parezcan a él, resplandecen con su gloria, reciben su inspiración y son guiados por él como cabeza (Apocalipsis 12:7).

Más  adelante  leemos acerca del que en otro tiempo fuera glorioso: Lucifer, transformado en Diablo:  y sobre sus ángeles  que integran su cuerpo  sombrío. Al parecer, Lucifer era la cabeza de una tercera parte de los ángeles. Con su caída como cabeza, toda  esta gloriosa masa de ángeles, ese glorioso cuerpo, se cubrió de sombras.

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