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teruruguay@gmail.com CAP.  12.  EL TERCER MUNDO DISPUESTO  PARA LA ETERNIDAD  (pag.  222-223) Juan ve la nueva Jerusaléen que desciende a la Tierra como una ciudad de forma  tetragonal de doce mil estadios, cuya longitud, altura y anchura son iguales (Apocalipsis 21:16). La nueva Jerusalén  representa una majestuosa y gigantesca construcción. Y cuando Juan fija la mirada en dicha grandeza, oye una voz del cielo que dice:  "he aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él  morará con ellos (Apocalípsis 21:3) "He  aquí el tabernáculo de Dios con los hombres" En otras palabras;  "He  aquí el lugar  de la promesa  de Dios  a todos los hombres desde el  principio de los siglos".  Referente  a los ángeles, la Biblia nos dice que son puros, santos, poderosos y gloriosos. Están permanentemente delante de la presencia de Dios, pero no pueden tener plena comunión con Dios, ya que tal comunión es posible  únicamente entre los que se asemejan entre sí. Los ángeles son
teruruguay@gmail.com CAP. 12 EL TERCER MUNDO, DISPUESTO PARA LA ETERNIDAD  (pag.  220.222) Hacia el final del reino milenario el proceso creador de Dios habrá alcanzado el último límite. Las almas predestinadas para la eternidad tienen cuerpos celestiales  que ni se multiplicarán numéricamente ni disminuirán por muerte. El nido en que ellas nacieron y se desarrollaron en su vida terrena ya no es necesario, quedó definitivamente roto, pues los polluelos humanos se convirtieron en  águilas de la eternidad. Ya no se sienten atados a las condiciones en que habían nacido.  Los cielos nuevos y la tercera Tierra son el eterno reino de cuerpos celestiales (soma ouranou) y no del cuerpo físico temporal. Y para la  humanidad que alcanzó la etapa inmortal y se halla ahora en inmortales y glorificados cuerpos, la necesidad de la presencia de tanta agua como hoy existe en la Tierra no es necesaria (1 Corintios 15:54) Además  de la ausencia del mar que Juan observa, ve aún una particularidad más en
teruruguay@gmail.com CAP. 12  EL TERCER MUNDO, DISPUESTO PARA LA ETERNIDAD                    LA CIUDAD  CELESTIAL.   (pag.  218-219) Aquí  surge la pregunta: ¿Dónde está esas ciudad? No  existía en los días de Abraham, ni en Mesopotamia, ni en Egipto, ni en Canaán:  tampoco existe  actualmente en ninguno de los estados terrenales. Asimismo no la vemos en el reino milenario de Cristo sobre esta Tierra. Entonces , ¿Dónde está?.  Los patriarcas  y los profetas vivían en regiones donde a veces aparecen espejismos. ¿Puede ser aquella ciudad un espejismo, un a ilusión de los sentidos?. Abraham y los profetas eran hebreos, y los hebreos , hasta nuestros  días, no se dejan guiar por espejismos. Ellos generalmente creen en aquello que ven y pueden recibir. La Escritura  subraya que dicha  ciudad es firme y real.  En la época de la máxima caída moral y espiritual en el pueblo de Israel, cuando el número de los creyentes en Dios disminuía cada vez más y cuando para el resto  llegaba a ser difíci
teruruguay@gmail.com cap. 12,   EL TERCER MUNDO, DISPUESTO PARA LA ETERNIDAD 2. (pag.  216-218) Esta gloriosa  realidad no está basada  en deseos, invenciones o suposiciones humanas, sino en la firme e inconmovible Palabra de Dios expuesta en las páginas de la Biblia, por cuanto todo lo que ella  expresa se cumplió a lo largo de miles de años en el tiempo pasado y se cumple en nuestros días; así se cumplirá también todo aquello que está escrito respecto al futuro, porque fiel es Dios, el cual revela a los hijos de los hombres este futuro cercano.  Cuando  seguíamos el desarrollo del reino de este mundo sobre la Tierra, pusimos atención al hecho de que en el período de decadencia moral que se encontraba la gente, y ante la imposibilidad de reprimirla, nos preguntábamos: ¿Hacia dónde va nuestro mundo, y cuál será su fin? Dios dio esta respuesta que ya hemos considerado.  No  obstante, observando atentamente  a los moradores  de la Tierra, descubrimos que desde la remota antigüedad existí
teruruguay@gmail.com cap.  12   EL TERCER MUNDO, DISPUESTO PARA LA ETERNIDAD  (pag.  213-215) "por lo cual  el mundo  de entonces  pereció anegado en aguas; pero los cielos y la tierra  que existen ahora.... están  guardados  para el fuego.... Mas  nosotros esperamos, según  sus promesas cielos nuevos y tierra nueva  en los cuales mora la justicia, dice el apóstol  en  2 Pedro  3:613. En  el anterior  examen  de nuestro planeta  pasó ante  nuestra mirada la purificación de la Tierra por las aguas diluvianas. En el último  capítulo hemos visto  su purificación por medio de la catástrofe de fuego. Pero ¿y después que? ¿cuál es el destino final de la raza humana?.  En el principio enfatizamos el hecho de que la Biblia es la respuesta  de Dios a la pregunta del hombre  respecto  al pasado, presente y futuro de nuestro planeta y todo lo relacionado con él, o sea sus habitantes. Por tal motivo. para poder hallar  respuesta satisfactoria a nuestra última pregunta debemos dirigirnos nueva

CAP 5 La Iglesia, esposa de Cristo pag. 102-105

teruruguay@gmail.com Todos  los vivientes en la Tierra  poseen una característica particular, la de la comunión con otros seres  dentro de su especie, de la cual  el matrimonio humano es el tipo ideal. Si el hombre  se goza, no puede llevar  solo el gozo en su corazón, sino que busca  con quien compartirlo; pero no corre a la calle para abrir su corazón a cuantos encuentra a su paso, necesita  alguien  estrechamente  unido  a él, que pueda  comprenderlo y compartir su alegría, porque el gozo, al ser compartido por ambos, significa doble  gozo. Igualmente, cuando sufre alguna aflicción, es difícil al hombre  sobrellevarla solo, y de nuevo busca a aquella alma con quien puede compartir sus impresiones: y no irá a la calle para contar su desgracia  a toda persona que encuentre, sino que hallará  consuelo en comentarlo con la amada. el hombre  fue creado feliz. Se encontraba en amor  con su Creador, y bajo su vigilancia  se hallaban las criaturas inferiores, que le obedecían y hacían

CAP 5. La Iglesia, un misterio superior al reino de Dios sobre la Tierra. pag. 98-101

teruruguay@gmail.com La realidad sobre la Iglesia, su naturaleza y sus designación en la Tierra y su futuro papel en la eternidad  fue un misterio total hasta el tiempo determinado. Ninguno de  los santos del Antiguo Testamento hace mención de ella, ni los Salmos  de David, ni los Cantares, ni los Proverbios de Salomón, ni los libros de los profetas  se refieren a ella. Todos  los escritos de los profetas tienen más bien por tema la descripción del reino de Dios en la Tierra y su futura gloria. Sólo se refieren al futuro del pueblo de Israel y su actitud  hacia Jehová. En algunos  lugares  de la Biblia  dicha  actitud  está ilustrada con cuadros simbólicos, como la actitud de un Esposo, bajo el cual  se sobreentiende  a Jehová, y la esposa al pueblo de Israel. Muchos interpretan estos  cuadros  aplicándolos  a la Iglesia y Cristo. Pero la Palabra de Dios no sostiene esta  tesis, ya que para los creyentes del Antiguo Testamento la Iglesia  era un misterio desconocido. Este MISTE